Los protocolos de exfoliación es uno de los que más dudas despiertan entre nuestra clientela, y por eso hoy nos hemos propuesto responder a todas las preguntas que os puedan surgir al respecto.
Lo primero que siempre nos consultáis es si somos partidarias de una exfoliación física o química, y nuestra respuesta siempre es favorable a la de tipo enzimático, porque es apta para todas las pieles y porque es más suave. Y entre física y química preferimos la química porque es mucho más controlable la intensidad y la profundidad que empleamos.
Quizá el aspecto más importante que conviene resaltar es que no todas las pieles resisten igual la exfoliación. Con los peelings químicos o físicos hay que tener cuidado sobre todo en las pieles más sensibles, finas, con rojeces o dermatitis. Otro factor a tener en cuenta es que en verano hay que evitar las exfoliaciones más agresivas, porque la exposición solar tras un peeling puede provocar manchas.
Sin embargo, las pieles acnéicas, con imperfecciones, envejecidas o grasas van a ser las más receptivas a una exfoliación antes de la temporada de verano, promoviéndose en ellas una regeneración cutánea. Sobra decir, que como todas las demás pieles deberán extremar las precauciones y la protección ante el sol.
Los principales beneficios de una buena exfoliación son una piel limpia, sin células muertas, mejora problemas de acné, mejora la textura y unifica el tono cutáneo.
También nos preguntáis a menudo por los rituales de exfoliación a seguir en casa, y en este caso dependerá mucho de las características individuales de cada piel. Es importante que un profesional estudie nuestro caso y nos recomiende si nos beneficia realizar una exfoliación frecuente en casa, cada cuánto tiempo y de qué tipo. Por ejemplo en pieles jóvenes gruesas y resistentes con piel grasa se puede hacer una exfoliación dos días por semana.
Para exfoliarnos correctamente, primero hay que limpiar la piel del rostro para acto seguido aplicar los productos destinados a ello, sin exceder nunca la frecuencia indicada ni el tiempo de exposición.
Como consejos para el “post peeling”, siempre insistimos en hidratar muy bien la piel después. De hecho recomendamos tonificar e hidratar; tonificar para regular el pH e hidratar para reconstituir el factor natural de hidratación.
Los casos excepcionales en los que no recomendamos hacerse una exfoliación son muy sencillos y fáciles de entender. No debes exfoliarte el rostro si has tomado el sol, si estás quemada, si tienes una piel extremadamente sensible o con rojeces.
Esperamos que con esta información puedas planificar o descartar tus opciones de exfoliación antes de las vacaciones.